1.09.2009

Un Diez de Noviembre..

Todavía recuerda aquella tarde cuando lo vió, le habló y conversaron unos minutos,siempre sus respuestas fueron breves. Como a ella no le parecía que mostrara mucho interes en dialogar, se fué, como debía ser, por supuesto que no sería para siempre, sólo por unas horas.
El viento los mezcló en aquel campo, y se perdieron, ella lo estaba buscando, hasta que lo vió a lo lejos, a metros y metros de distancía se encontraba caminando solo, parecía desorientado,allí fué ella corriendo a buscarlo. No le iba a decir cuanto lo amaba, sólo quería verlo,tenerlo, disfrutar de su presencia.
Así, entre saltitos llegó a Él, lo sorprendió con la mano en su espalda, se dió vuelta y se sorprendió al verla detras suyo, le dijo que no tenía problema en que caminase a su lado y allí fué cuando todo comenzó.
Siguieron caminando entre el hermoso campo, hasta que ella le dijo que se encontraba algo cansada decidieron sentarse en el pasto, y aprovechar para conversar ya que nunca hubo oportunidad alguna de hacerlo.
Él se reprochó una y otra vez, las oportunidades desperdiciadas de verla,le preguntó muchas cosas acerca de su vida y demás.Entre palabra y palabra no se sacaban los ojos de ensima, además de palomas, mariposas, en el aire se respiraba cierta paz.
No había sonido alguno que interrumpiera ese momento.
No había ninguna otra presencia en ese entonces que no fueran ellos Dos.
No había gente que pudiera arruinar eso. (aunque sí había y mucha, pero nada interesaba).
Siguieron conversando, hasta que por un momento ambos quedaron mudos mirándose fijo, a ella le empezó a incomodar aquella situación y se intentaba cubrir mirando el pasto, cuando levantó la vista Él se encontraba a un centímetro de su cara, cási rosándose los labios, ahí fué cuando la besó, no fué un beso simple, esos que se regalan, fué EL beso, esos que never se olvidan,que anhelaste tantos días y noches, el más romántico y natural de la tierra, sí, fué para ella.
Siguieron cruzando palabras y besos, mientras se enredaban en los pastos y aquel aire. Después de unas horas se levantaron y siguieron caminando por el mismo lugar por donde fueron, pero ésta vez haciendo más larga la vuelta, de esas que no queres que llegue.
Como hacía calor y habían caminado mucho ya, pararon a descansar un rato, siguieron besandose, y se diriguieron a donde deberían haber estado todo el tiempo anterior. Cada uno siguió por su lado. Como si nada hubiera sucedido.

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